TEATRO BOLÍVAR
Ubicación
Calles Flores y Espejo
A inicios de la década
de 1930 el Ecuador intenta recuperarse de la aguda crisis económica y política
por la que había atravesado años antes. Aunque las exportaciones de cacao
continúan deprimidas, sobre todo en cuanto a sus precios, el incremento de las
inversiones extranjeras y la presencia del ferrocarril desde el puerto de
Guayaquil influyen en el ambiente quiteño otorgándole a la ciudad aires de
modernidad, con nuevos movimientos culturales y artísticos.
Los señores Carlos y
César Mantilla propietarios del diario El Comercio, importante medio de
Comunicación de la ciudad, deciden construir una gran sala de cine para
contribuir al desarrollo cultural de la urbe. Contratan entonces a la firma
Hoflman & Henon, célebres arquitectos e ingenieros norteamericanos,
diseñadores y constructores de grandes teatros en Filadelfia, Pittsburg,
Baltimore, Washington y Atlanta. El proyecto para el teatro Bolívar fue
expuesto en 1931 y se encargó su ejecución al arquitecto alemán residente en
Quito, Augusto Ridder. El edificio, con una capacidad para 2,500 espectadores,
se inauguró en 1933.
Se destaca el hall
principal como espacio de transición entre la calle Espejo, posteriormente
Peatonalizada, que hace de distribuidor funcional. A partir de éste se ubican
los accesos a los locales comerciales laterales, al foyer del teatro y a las
escaleras hacia el salón y restaurante Ubicados en la planta alta. Este gran
hall se relaciona espacial y visualmente con los espacios de la planta alta
gracias al conjunto de pilares de sección cuadrada que forman una el ipse de doble
altura. La parte delantera del teatro se conforma en dos plantas: platea y
galería, a las que se accede desde el foyer. Junto al escenario se ubican las
baterías sanitarias, camerinos y bodegas. La volumetría del edilicio, un
elemento horizontal compensado por un cuerpo vertical, es claramente de
influencia art decó con detalles art nouveau.
El interior del hall principal y
los salones superiores tienen decoraciones de tendencia barroca; la amplia sala
de cine es ricamente ornamentada, presentando dos espacios laterales de palcos.
El edificio se levanta con una estructura de muros portantes de ladrillo. Los
entrepisos y cubiertas se sustentan con rieles de hierro que ayudan a salvar
las grandes luces que exigen estos espacios. Tanto en la fachada como en el
interior, las ventanas y puertas de madera y vidrio muestran también decoración
art nouveau y art decó. Los pisos, las escaleras y ciertos elementos
decorativos son de madera de excelente factura, destacándose también el piso de
mosaico del hall principal.
La calle Espejo
adquiere una importante dinámica con la presencia del edificio, no solo en el
ámbito formal sino como punto de atracción y concentración en este eje
peatonal. Por más de siete décadas el edificio fue escenario de significativos
eventos culturales y sociales, presentándose allí artistas y obras de fama
mundial. Lamentablemente en 1999 un gran incendio devastó el edificio casi en
su totalidad, desapareciendo con él una inmensa tradición cultural quiteña exactamente
esto sucedió un domingo 8 de agosto de 1.999 y se produjo por una fuga de gas
del local comercial de la planta baja del mismo edificio, ocupado por la
multinacional Pizza Hut; el incendio consumió el 70% de todas las
instalaciones.
A pesar de los daños,
se siguieron organizando eventos artísticos "sobre las ruinas" para
recaudar fondos y recuperar este teatro legendario de la ciudad.
Su estilo
arquitectónico Neoclásico armoniza el Centro Histórico de Quito. Sus líneas, de
corte neoclásico, con algunos elementos arabescos, encantan a los quiteños
desde los primeros pases de su construcción, ya que antiguamente la gente lo
convirtió en un referente social, cultural y arquitectónico. Fue así como
eventos de varios estilos y gran calidad visitaron el Bolívar: óperas,
zarzuelas, ballet, conciertos sinfónicos, obras de teatro, variedades y otros.
Con el avance de los
medios masivos de comunicación, especialmente en los años 80, el Teatro Bolívar
dejó de ser visitado masivamente.
El teatro Bolívar es
uno de los escenarios más importantes de Sudamérica por tal motivo se dan los
exhaustivos procesos de recuperación por parte de los miembros de la Fundación
Teatro Bolívar y el público del Bolívar.
Actualmente se ofrecen
visitas guiadas por el teatro para descubrir su historia. El recorrido inicia
en el hall principal del teatro en donde se puede evidenciar la magnitud del
incendio, luego se ingresa a un segundo hall, el cual cumple con el objetivo
principal de aislar al lugar en donde se realizan los diferentes eventos del
ruido exterior, por este hall se tiene acceso a la planta baja del teatro, a la
otrora luneta, a las salidas de escape y a los balcones. El museo está
constituido por la lectura de sus espacios arquitectónicos, hall, salas,
escenario, camerinos, escaleras, puertas, etc; y por una sala donde se exponen
objetos utilizados en el Teatro Bolívar en sus inicios (proyectores,
generadores eléctricos para los proyectores, cintas de celuloide, máquinas de
escribir, entre otros)
El Teatro Bolívar forma
parte del Patrimonio Cultural de Quito, por lo tanto debe ser salvaguardado de
atentados como el incendio ocurrido en 1999 que no debe repetirse en ningún
bien perteneciente al Patrimonio.
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