CASA DEL ALABADO - MUSEO DE ARTE PRECOLOMBINO
Ubicación
Calle Cuenca N1-41 y Bolívar
Horario de atención
Lunes 10:00 /16:00
Martes a sábado 09:00 / 17:30
Domingo 10:00 / 16:00
Costo de ingreso
Adultos $4,00
Estudiantes con carnet $1,50
Niños de 6 a 12 años y tercera edad $1,00
La Casa del Alabado - Museo de
Arte Precolombino, reúne algunas de las piezas más representativas del
arte precolombino del actual Ecuador, ofreciendo algunas interpretaciones sobre
su significado artístico, antropológico y brindando una experiencia significativa
a cada visitante.
El Alabado custodia alrededor de 5000 piezas arqueológicas de
las cuales 500 conforman la exposición permanente. Situado en un inmueble
patrimonial del siglo XVII sobre la calle Cuenca, muy cerca de la Plaza de San
Francisco en el Centro Histórico de Quito. El museo está organizado de
manera temática y no cronológica o geográfica lo que permite que los visitantes
generen sus propias conexiones visuales y culturales sobre las piezas y
reflexionen sobre la excelencia que alcanzaron sus artífices en la técnica, el
manejo de los materiales, además del alto sentido estético que demostraron.
JOYAS DEL ALABADO
Los mundos precolombinos
La cosmología de los pueblos
andinos estuvo basada en la armonía de los diferentes mundos que conformaban el
vasto y complejo mundo simbólico precolombino.
Tres fueron los
espacios concebidos por los antiguos pobladores de los Andes, en los cuales la
extensa mitología y entendimiento de la vida pudo ser entendida.
El Inframundo es aquel espacio en
donde habitan los ancestros creadores de vida y en donde se encuentran las
raíces de todo aquello que habita en los mundos profanos y divinos.
El medio mundo es el
lugar en el cual habitan los seres vivos quienes modifican los materiales
existentes para satisfacer sus necesidades básicas, productivas e incluso
espirituales.
El Supramundo es el
lugar en el cual moran shamanes y dioses, guerreros míticos y sabios líderes
que por obra y gracia de sus acciones, pasaron a ser parte del parnaso aquel
que es el Supramundo.
Estos tres mundos
fueron los pilares de la sabiduría y cosmología andina, sobre la cual se
sostiene el conocimiento y arte del Ecuador precolombino.
CULTURAS PRECOLOMBINAS
VALDIVIA
La cultura conocida como Valdivia vivió
entre los años 4000 y 1500 a.n.e. Se extendió
a lo largo de los valles fértiles de la costa, la cuenca del Río Guayas y
el sur de Esmeraldas.
En la península de
Santa Elena, los arqueólogos han reconocido el sitio Real Alto como una de las
primeras aldeas o centros urbanos de América. Allí, la población socialmente
más organizada y compleja, utilizandohachas, picos de piedra y
azadas de concha y nuevas tecnologías como el manejo de aguas
y movimiento de tierras, cultivó principalmente maíz, algodón, achira y fréjol.
Complementó esta
actividad con la caza, la recolección de moluscos, ostras y caracoles en los
manglares y la pesca en aguas profundas de donde obtenía la concha
sagrada Spondylus, utilizada en ritos para propiciar la producción agrícola
pues su presencia era signo de la llegada de las lluvias.
Dentro y fuera de
las viviendas se desarrollaban actividades de carácter doméstico como la
preparación de alimentos, el cultivo de plantas en pequeños huertos familiares,
la fabricación de utensilios y herramientas para la caza y la pesca y la
confección de diversos tejidos en algodón.
Reconocidos como uno
de los primeros grupos ceramistas en América, utilizaron técnicas como el
acordalado en la fabricación de cerámica en forma de mujer y vasijas decoradas
con motivos religiosos que sirvieron tanto para el uso doméstico como para
ofrendar a los espíritus; principalmente, en ritos relacionados con la
fertilidad y la agricultura.
También trabajaron
la piedra en la elaboración de distintas herramientas y objetos con representaciones
de seres abstractos. La concha tuvo un gran valor simbólico, las piezas
elaboradas en este material fueron depositadas en los enterramientos como parte
de los ajuares funerarios.
MAYO CHINCHIPE
Entre los años 2000 y 300
a.n.e., en la actual provincia de Zamora-Chinchipe, grupos humanos
habitaron la ceja de montaña, específicamente el área correspondiente al cantón
Palanda, en las cabeceras del río Mayo-Chinchipe.
La presencia de
materias exóticas dentro de las excavaciones, como conchas marinas del tipo
Strombus o turquesas, sugiere que los habitantes del sitio participaron de una
amplia red de interacciones con la Costa, la Sierra y la Amazonía occidental.
Los grupos que
habitaron este lugar desarrollaron un importante arte lapidario que incluye figuras
antropomorfas, chaquiras, cuencos y morteros que, a menudo, tienen
representaciones iconográficas de animales de la selva tropical.
COSANGA
Entre el 500 ANE. y el
1500 NE. diversos grupos ocuparon la sierra centro y norte y su vertiente
oriental, a la altura de la región de Cosanga y Baeza,
desarrollando un estilo cerámico que hoy día conocemos con el nombre de
Cosanga-Píllaro o Panzaleo.
Estos grupos construyeron
sus viviendas principalmente en las laderas de las colinas donde podían
aprovechar los diferentes microclimas y tenían acceso tanto a los valles de las
tierras bajas y cálidas del Oriente como a las tierras altas de la Sierra.
Su dieta se basó en
el cultivo de maíz, yuca y camote y en la caza de venados, monos y diversas
aves. La cerámica que elaboraron se caracterizó por una pasta tan delgada y
fina como una “cáscara de huevo”, con variedad de formas entre las que
sobresalen grandes vasijas globulares decoradas con rostros humanos pintados
con rojo sobre blanco, a veces con dos cabezas de gemelos, llamas y caras
sonrientes o gritando. También trabajaron el oro utilizando técnicas como el
martillado y el repujado y comerciaron dicho trabajo con los habitantes de las
costas del Pacífico y los grupos indígenas del Oriente.
BAHIA
Las comunidades Bahía vivieron
entre el 450 ANE. y el 700 NE.. en la Costa del Ecuador y se
extendieron desde Bahía de Caráquez hacia el sur. En medio de un
paisaje predominantemente boscoso, con temporadas secas durante algunas épocas
del año, practicaron la agricultura y la pesca como
medios de subsistencia.
En sus
enterramientos, depositaron gran cantidad de objetos simbólicos, especialmente
figuras de cerámica de gran formato, concha Spondylus y huesos. El estilo cerámico
Bahía se caracterizó por representaciones de animales como la
ardilla y el zorro, y por la fabricación de figuras humanas de gran
tamaño que parecen chamanes o sacerdotes.
Por lo general,
estos personajes se encuentran ricamente adornados con narigueras, orejeras y
pectorales; sujetan en sus manos recipientes para cal y portan serpientes en
sus cuerpos.
Las comunidades
Bahía también trabajaron la piedra, la concha, el hueso y
fibras naturales como elalgodón con el que hilaron y tejieron finas
mantas de uso cotidiano y ritual.
Construyeron sus
casas con techo a dos aguas cerca de la playa, de manera ordenada, en grandes
extensiones y sobre plataformas rectangulares.
GUANGALA
Los Guangala habitaron en la península
de Santa Elena, en la actual población de La Libertad, cerca de
las desembocaduras de los ríos y en las lomas de las cordilleras de Chongón y
Colonche, entre el 200 ANE. y el 800 NE.. Esencialmente,
fueron agricultores de maíz y diversas cucurbitáceas, como el zapallo y la
calabaza, y complementaron su dieta con la pesca de crustáceos como el camarón
y el cangrejo de aguas profundas, la recolección de mariscos en los manglares y
la caza de animales como ciervos, armadillos, tortugas y diversos tipos de
monos.
Trabajaron el
metal empleando técnicas como el martillado, repujado, fundición y
soldadura para la elaboración de anzuelos de cobre, agujas y narigueras.
Son característicos
los conchales, profundos depósitos con restos de crustáceos de donde obtenían
la materia prima para la elaboración de un sinnúmero de collares, narigueras,
apliques y orejeras en diversos tipos de concha como la madre perla y la
Spondylus.
Para hacerlo, utilizaban varias
herramientas como cinceles de cobre arsenical, hachas, raspadores, conchas y
cuchillos.
La cerámica, ahumada
y de color crema, se caracteriza por una abundante y fina decoración incisa y
policroma con motivos geométricos y lineales. Abundan representaciones de la
vida silvestre en pequeños formatos que quizás sirvieron para el
entretenimiento de sus niños. Los enterramientos presentan ofrendas compuestas
por vasos cerámicos, pesas de redes, hachas de piedra, anzuelos, conchas,
instrumentos musicales y recipientes para cal.
MACHALILLA
Entre el 1600 y el 950 a.
n.e., los Machalilla vivieron en la Costa ecuatoriana
en algunos de los lugares anteriormente ocupados por los Valdivia, desde
la provincia del Oro, en el sur, hasta la provincia de Esmeraldas, en el norte. Estos pueblos,
pertenecientes a la tradición Valdivia, desarrollaron un nuevo estilo cerámico
al que conocemos como Machalilla.
El paisaje en el que
se desarrollaron se caracterizaba por el predominio de zonas de manglar
seguidas por un exuberante bosque húmedo tropical. Así, sus
principales fuentes de subsistencia fueron el manglar y la pesca de conchas,
camarones y cangrejos.
Manejaron embarcaciones
capaces de alcanzar grandes distancias desde la playa que les
permitieron conseguir peces de aguas profundas como el atún y el picudo. Complementaron su
dieta con la caza de una gran variedad de animales que habitan
el bosque húmedo como el venado pequeño, la zarigüeya o el saino y una horticultura incipiente.
Los arqueólogos
identificaron aldeas y centros poblados con montículos ceremoniales y
cementerios.
En Salango,
antiguo centro ceremonial, los arqueólogos excavaron la tumba de una mujer
Machalilla enterrada en posición recogida cuyo cuerpo estaba protegido por una
gran pieza cerámica en forma de caparazón de tortuga. Durante este
período, aparecen, por primera vez en el continente americano, las famosas botellas
con asa en forma de estribo, las figuras huecas con ojos en forma de granos
de café, las múltiples perforaciones en labios y orejas y la pintura roja y
blanca.
CHORRERA
Entre los años 950 y 350
ANE., los pueblos Chorrera ocuparon la Costa del
Ecuador y se extendieron dentro del territorio, a lo largo de las
costas del río Guayas y sus ríos tributarios.
Los arqueólogos han
identificado restos de esta cultura en el sitio Chorrera, en la provincia del
Guayas, y en la población de Salango, en la provincia de Manabí.
El bosque húmedo
tropical en el que habitaron les proporcionó los recursos naturales necesarios
para desarrollar una intensa actividad agrícola y pesquera. Un gran número de
personas dedicó su tiempo al cultivo de maíz, zapallo, yuca, tomate y fréjol. Su dedicación los
condujo a la implementación de una nueva tecnología agrícola: el
uso de camellonescerca de los ríos en zonas que se inundaban con
gran facilidad. Los camellones o campos elevados de cultivo son acumulaciones
de tierra entre las cuales se construyen canales de agua que a su vez sirven
como criaderos de peces.
Los Chorrera se
inspiraron en las formas de la naturaleza y, especialmente, en la cantidad de
productos que cultivaban, para la creación de vasijas, botellas rituales,
platos, silbatos, flautas, sellos y figurines huecos cada vez más finos y
livianos, más pulidos e iridiscentes, más coloridos, elaborados y complejos.
El período en el que
estos pueblos se desarrollaron fue de gran comunicación e intercambio entre
regiones. Los ríos tributarios del río Guayas les sirvieron como vía principal
de comunicación con sus vecinos. Entre sus principales actividades comerciales
figura el intercambio de productos agrícolas por piedras, como el cristal de
roca y la obsidiana, útiles para la elaboración de adornos y objetos de poder.
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