domingo, 3 de mayo de 2015

Casa del Alabado - Museo de Arte Precolombino


CASA DEL ALABADO - MUSEO DE ARTE PRECOLOMBINO 



Ubicación 
Calle Cuenca N1-41 y Bolívar

Horario de atención 
Lunes 10:00 /16:00
Martes a sábado 09:00 / 17:30
Domingo 10:00 / 16:00

Costo de ingreso 
Adultos $4,00
Estudiantes con carnet $1,50
Niños de 6 a 12 años y tercera edad $1,00

La Casa del Alabado - Museo de Arte Precolombino,  reúne algunas de las piezas más representativas del arte precolombino del actual Ecuador, ofreciendo algunas interpretaciones sobre su significado artístico, antropológico y brindando una experiencia significativa a cada visitante.


El Alabado custodia alrededor de 5000 piezas arqueológicas de las cuales 500 conforman la exposición permanente. Situado en un inmueble patrimonial del siglo XVII sobre la calle Cuenca, muy cerca de la Plaza de San Francisco en el Centro Histórico de Quito.  El museo está organizado de manera temática y no cronológica o geográfica lo que permite que los visitantes generen sus propias conexiones visuales y culturales sobre las piezas y reflexionen sobre la excelencia que alcanzaron sus artífices en la técnica, el manejo de los materiales, además del alto sentido estético que demostraron.

JOYAS DEL ALABADO 

Los mundos precolombinos
La cosmología de los pueblos andinos estuvo basada en la armonía de los diferentes mundos que conformaban el vasto y complejo mundo simbólico precolombino.

Tres fueron los espacios concebidos por los antiguos pobladores de los Andes, en los cuales la extensa mitología y entendimiento de la vida pudo ser entendida.

El Inframundo es aquel espacio en donde habitan los ancestros creadores de vida y en donde se encuentran las raíces de todo aquello que habita en los mundos profanos y divinos.

El medio mundo es el lugar en el cual habitan los seres vivos quienes modifican los materiales existentes para satisfacer sus necesidades básicas, productivas e incluso espirituales.

El Supramundo es el lugar en el cual moran shamanes y dioses, guerreros míticos y sabios líderes que por obra y gracia de sus acciones, pasaron a ser parte del parnaso aquel que es el Supramundo.

Estos tres mundos fueron los pilares de la sabiduría y cosmología andina, sobre la cual se sostiene el conocimiento y arte del Ecuador precolombino.

CULTURAS PRECOLOMBINAS 

VALDIVIA

La cultura conocida como Valdivia vivió entre los años 4000 y 1500 a.n.e. Se extendió a lo largo de los valles fértiles de la costa, la cuenca del Río Guayas y el sur de Esmeraldas.
En la península de Santa Elena, los arqueólogos han reconocido el sitio Real Alto como una de las primeras aldeas o centros urbanos de América. Allí, la población socialmente más organizada y compleja, utilizandohachaspicos de piedra y azadas de concha y nuevas tecnologías como el manejo de aguas y movimiento de tierras, cultivó principalmente maízalgodónachira y fréjol.

Complementó esta actividad con la caza, la recolección de moluscos, ostras y caracoles en los manglares y la pesca en aguas profundas de donde obtenía la concha sagrada Spondylus, utilizada en ritos para propiciar la producción agrícola pues su presencia era signo de la llegada de las lluvias.
Dentro y fuera de las viviendas se desarrollaban actividades de carácter doméstico como la preparación de alimentos, el cultivo de plantas en pequeños huertos familiares, la fabricación de utensilios y herramientas para la caza y la pesca y la confección de diversos tejidos en algodón.

Reconocidos como uno de los primeros grupos ceramistas en América, utilizaron técnicas como el acordalado en la fabricación de cerámica en forma de mujer y vasijas decoradas con motivos religiosos que sirvieron tanto para el uso doméstico como para ofrendar a los espíritus; principalmente, en ritos relacionados con la fertilidad y la agricultura.
También trabajaron la piedra en la elaboración de distintas herramientas y objetos con representaciones de seres abstractos. La concha tuvo un gran valor simbólico, las piezas elaboradas en este material fueron depositadas en los enterramientos como parte de los ajuares funerarios.

MAYO CHINCHIPE

Entre los años 2000 y 300 a.n.e., en la actual provincia de Zamora-Chinchipe, grupos humanos habitaron la ceja de montaña, específicamente el área correspondiente al cantón Palanda, en las cabeceras del río Mayo-Chinchipe.
La presencia de materias exóticas dentro de las excavaciones, como conchas marinas del tipo Strombus o turquesas, sugiere que los habitantes del sitio participaron de una amplia red de interacciones con la Costa, la Sierra y la Amazonía occidental.

Los grupos que habitaron este lugar desarrollaron un importante arte lapidario que incluye figuras antropomorfas, chaquiras, cuencos y morteros que, a menudo, tienen representaciones iconográficas de animales de la selva tropical.

COSANGA

Entre el 500 ANE. y el 1500 NE. diversos grupos ocuparon la sierra centro y norte y su vertiente oriental, a la altura de la región de Cosanga y Baeza, desarrollando un estilo cerámico que hoy día conocemos con el nombre de Cosanga-Píllaro o Panzaleo.
Estos grupos construyeron sus viviendas principalmente en las laderas de las colinas donde podían aprovechar los diferentes microclimas y tenían acceso tanto a los valles de las tierras bajas y cálidas del Oriente como a las tierras altas de la Sierra.
Su dieta se basó en el cultivo de maíz, yuca y camote y en la caza de venados, monos y diversas aves. La cerámica que elaboraron se caracterizó por una pasta tan delgada y fina como una “cáscara de huevo”, con variedad de formas entre las que sobresalen grandes vasijas globulares decoradas con rostros humanos pintados con rojo sobre blanco, a veces con dos cabezas de gemelos, llamas y caras sonrientes o gritando. También trabajaron el oro utilizando técnicas como el martillado y el repujado y comerciaron dicho trabajo con los habitantes de las costas del Pacífico y los grupos indígenas del Oriente.

BAHIA

Las comunidades Bahía vivieron entre el 450 ANE. y el 700 NE.. en la Costa del Ecuador y se extendieron desde Bahía de Caráquez hacia el sur. En medio de un paisaje predominantemente boscoso, con temporadas secas durante algunas épocas del año, practicaron la agricultura y la pesca como medios de subsistencia.
En sus enterramientos, depositaron gran cantidad de objetos simbólicos, especialmente figuras de cerámica de gran formato, concha Spondylus y huesos. El estilo cerámico Bahía se caracterizó por representaciones de animales como la ardilla y el zorro, y por la fabricación de figuras humanas de gran tamaño que parecen chamanes o sacerdotes.

Por lo general, estos personajes se encuentran ricamente adornados con narigueras, orejeras y pectorales; sujetan en sus manos recipientes para cal y portan serpientes en sus  cuerpos.
Las comunidades Bahía también trabajaron la piedra, la concha, el hueso y fibras naturales como elalgodón con el que hilaron y tejieron finas mantas de uso cotidiano y ritual.
Construyeron sus casas con techo a dos aguas cerca de la playa, de manera ordenada, en grandes extensiones y sobre plataformas rectangulares.

GUANGALA

Los Guangala habitaron en la península de Santa Elena, en la actual población de La Libertad, cerca de las desembocaduras de los ríos y en las lomas de las cordilleras de Chongón y Colonche, entre el 200 ANE. y el 800 NE.. Esencialmente, fueron agricultores de maíz y diversas cucurbitáceas, como el zapallo y la calabaza, y complementaron su dieta con la pesca de crustáceos como el camarón y el cangrejo de aguas profundas, la recolección de mariscos en los manglares y la caza de animales como ciervos, armadillos, tortugas y diversos tipos de monos.

Trabajaron el metal empleando técnicas como el martillado, repujado, fundición y soldadura para la elaboración de anzuelos de cobre, agujas y narigueras.
Son característicos los conchales, profundos depósitos con restos de crustáceos de donde obtenían la materia prima para la elaboración de un sinnúmero de collares, narigueras, apliques y orejeras en diversos tipos de concha como la madre perla y la Spondylus.

Para hacerlo, utilizaban varias herramientas como cinceles de cobre arsenical, hachas, raspadores, conchas y cuchillos.
La cerámica, ahumada y de color crema, se caracteriza por una abundante y fina decoración incisa y policroma con motivos geométricos y lineales. Abundan representaciones de la vida silvestre en pequeños formatos que quizás sirvieron para el entretenimiento de sus niños. Los enterramientos presentan ofrendas compuestas por vasos cerámicos, pesas de redes, hachas de piedra, anzuelos, conchas, instrumentos musicales y recipientes para cal.

MACHALILLA

Entre el 1600 y el 950 a. n.e., los Machalilla vivieron en la Costa ecuatoriana en algunos de los lugares anteriormente ocupados por los Valdivia, desde la provincia del Oro, en el sur, hasta la provincia de Esmeraldas, en el norte. Estos pueblos, pertenecientes a la tradición Valdivia, desarrollaron un nuevo estilo cerámico al que conocemos como Machalilla.

El paisaje en el que se desarrollaron se caracterizaba por el predominio de zonas de manglar seguidas por un exuberante bosque húmedo tropical. Así, sus principales fuentes de subsistencia fueron el manglar y la pesca de conchas, camarones y cangrejos.
Manejaron embarcaciones capaces de alcanzar grandes distancias desde la playa que les permitieron conseguir peces de aguas profundas como el atún y el picudo. Complementaron su dieta con la caza de una gran variedad de animales que habitan el bosque húmedo como el venado pequeño, la zarigüeya o el saino y una horticultura incipiente.

Los arqueólogos identificaron aldeas y centros poblados con montículos ceremoniales y cementerios.
En Salango, antiguo centro ceremonial, los arqueólogos excavaron la tumba de una mujer Machalilla enterrada en posición recogida cuyo cuerpo estaba protegido por una gran pieza cerámica en forma de caparazón de tortuga. Durante este período, aparecen, por primera vez en el continente americano, las famosas botellas con asa en forma de estribo, las figuras huecas con ojos en forma de granos de café, las múltiples perforaciones en labios y orejas y la pintura roja y blanca.

CHORRERA

Entre los años 950 y 350 ANE., los pueblos Chorrera ocuparon la Costa del Ecuador y se extendieron dentro del territorio, a lo largo de las costas del río Guayas y sus ríos tributarios.
Los arqueólogos han identificado restos de esta cultura en el sitio Chorrera, en la provincia del Guayas, y en la población de Salango, en la provincia de Manabí.

El bosque húmedo tropical en el que habitaron les proporcionó los recursos naturales necesarios para desarrollar una intensa actividad agrícola y pesquera. Un gran número de personas dedicó su tiempo al cultivo de maíz, zapallo, yuca, tomate y fréjol. Su dedicación los condujo a la implementación de una nueva tecnología agrícola: el uso de camellonescerca de los ríos en zonas que se inundaban con gran facilidad. Los camellones o campos elevados de cultivo son acumulaciones de tierra entre las cuales se construyen canales de agua que a su vez sirven como criaderos de peces.

Los Chorrera se inspiraron en las formas de la naturaleza y, especialmente, en la cantidad de productos que cultivaban, para la creación de vasijas, botellas rituales, platos, silbatos, flautas, sellos y figurines huecos cada vez más finos y livianos, más pulidos e iridiscentes, más coloridos, elaborados y complejos.

El período en el que estos pueblos se desarrollaron fue de gran comunicación e intercambio entre regiones. Los ríos tributarios del río Guayas les sirvieron como vía principal de comunicación con sus vecinos. Entre sus principales actividades comerciales figura el intercambio de productos agrícolas por piedras, como el cristal de roca y la obsidiana, útiles para la elaboración de adornos y objetos de poder.









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